Quiero tumbar mi cuerpo cálido junto a otro cuerpo cálido,
Que ardamos, sin miedo al invierno, porque tú y yo en horizontal somos sinónimo de lo mismo.
Porque en horizontal es diferente la perspectiva.
No hay status, no hay alturas, no hay medidas.
Mi mano izquierda acaricia tu pie derecho, y mi cabeza se posa tranquila en tu pecho.
Tú me miras a los ojos sin tener que agachar la cabeza, yo imito el movimiento sin necesidad de escaleras.
Uno cincuenta y cinco junto a uno ochenta y cinco sobre una cama de cuerpo y medio.
Ni a mi me sobra, ni a ti te falta,
Somos uno. Somos el mismo. Somos simbiosis. Somos rizomas enraizados en nuestro sexo.
En horizontal somos uno. Solo uno.
Y cuando llegue el mañana vertical, de puntillas querré alcanzar la noche, y tú pisarás mis pies.
Querré mirarte a los ojos y comprender por qué somos tan diferentes siendo cuerpos verticales y tan iguales respirando en horizontal.
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