Puede que aún no lo sepas, pero vértigo es eso que hace que tirites de pies y manos cuando te ves temblando en otra piel que no es la tuya y te susurra, ven.
Puede que sea eso que ves cuando te asomas a sus pestañas, al borde de sus labios, a besos por su clavícula, al vaivén en su cintura, al cajón de los miedos donde nunca antes nadie, a las puertas del cielo donde siempre tú, a la turbulencia en la saliva cuando me alborotas la vida, y solo tú.
Puede que sea eso tan bonito como la vida jugando eterna y lenta entre tus dedos y mi pelo.
Tan de miedo como bailarse de puntillas el abismo entre el perderte y el no volverte a ver.
Puede.
Podría.
Y quiero.
Que juegues a mojarte el alma con mi vértigo entre lluvias de verano que no saben si son gota o lágrima.
Que me seques las caricias al calor de tus orgasmos cuando tengamos el amor temblando entre las manos.
Que te abraces con fuerza a mis motivos, tan tuyos, cuando sientas que el amor se ha ido.
Susúrrame, ven.
Que aún no lo sabes, pero estás escrita en mi piel.
Hueles a café recién hecho por las mañanas.
Sabes a besos despertando lunares por la espalda.
Vuelas entre mis brazos a sueño por madrugada.
Ven,
que no se arder sin llama,
y hoy dueles a amor y a vértigo,
escrita a pie de cama.