El monstruo en el armario
Unos pasos se acercaban, el monstruo dejó de leer y se metió bajo la cama. Los pasos se acercaron y la puerta se abrió. El niño subió de un salto a la cama. Unos zapatos de mujer se aproximaron a la cama y las puntas asomaron por debajo de ésta.
Contuvo el aliento y, al oír una voz aguda que decía: “Mamá, mira a ver si hay monstruos en el armario”, respiró aliviado.
Muy lejos de allí…
El humano en el armario
Unos pasos se acercaban, el niño dejó de leer y se metió bajo la cama. Los pasos se acercaron y la puerta se abrió. El pequeño monstruo subió de un salto a la cama. Su madre se aproximó a la cama y sus garras asomaron por debajo de ésta.
Contuvo el aliento y, al oír una voz aguda que decía: “Mamá, mira a ver si hay humanos en el armario”, respiró aliviado.